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domingo, 13 de marzo de 2016

PRINCIPIO OAOA 14

Lee el siguiente texto y reflexiona sobre su contenido.

ACTITUD DE LOS PROFESORES EN LA CLASE DE RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS


Sin dar porcentajes ni caso, pero hablando un poco por las buenas, haremos algunas consideraciones sobre el COMPORTAMIENTO DE LOS PROFESORES, sea durante el tiempo de espera, sea durante la resolución del problema por los niños. Emotivamente implicado en el proceso y sintiéndose juzgado en su papel de educador justo en el curso de la resolución, el profesor no logra, en la mayoría de los casos, dejar trabajar a los niños, según las modalidades establecidas. Pasa entre las mesas, lee, mira; a menudo comenta en voz alta lo que ha visto hacer a alguno; o bien, con lenguajes no verbales (mímica facial, gestos con los brazos, ojeadas,...) manifiesta desaprobación, disgusto, reproches o, viceversa, aprobación... Si se da cuenta que en el texto del problema había una “zancadilla” (que no había detectado antes, pero que descubre en base a una interpretación escondida en la resolución de uno o más niños), aclara el texto en voz alta. En resumen, especialmente si hay alguien extraño a la clase, se tienen la impresión de un maestro que dirige una orquesta... Hemos tenido que admitir, después de amplias y numerosas pruebas, substancialmente es el profesor el que resuelve el problema propuesto (tanto es así que, cuando hemos necesitado respuestas auténticas, hemos trabajado sin el profesor en clase).
         Es obvio que después de cinco años de resolución de problemas con este estilo, el niño se habitúa y se convence que es ésta la forma. Ésta nos ha parecido la causa (quizá s no la más simple) de la aparente regresión que los niños manifiestan en el paso de la enseñanza secundaria; a menudo, el profesor de matemáticas de secundaria propone, pocos días después del inicio del año escolar, actividades del tipo “prueba de ingreso”, bastante útiles, si están bien diseñadas, para tener una primera idea del estado cognitivo de alumnos de procedencias escolares distintas.
         Al contrario del profesor de primaria, el de secundaria (al menos en esta primera fase de aproximación) consigue tener un comportamiento distante del grupo y no interviene en los procesos de resolución. Lo que, obviamente, crea mucho desasosiego en el alumno, debido seguramente a no estar habituado a trabajar en estas condiciones.


D´AMORE, B.:“Problemas”. Pedagogía y Psicología de las Matemáticas en la actividad de resolución de problemas. Síntesis. Madrid (1997). Páginas 76 y 77.

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