PRINCIPIO OAOA 3
LOS ALGORITMOS TRADICIONALES DE LAS CUATRO OPERACIONES ARITMÉTICAS
(ATOA)
¿POR QUÉ NOS RESISTIMOS TANTO A MODIFICAR NUESTRAS IDEAS SOBRE LOS
ALGORITMOS TRADICONALES DE LAS OPERACIONES ARTIMÉTICAS?
Las hipótesis que una profesora o profesor tienen acerca de
los algoritmos tradicionales de las operaciones aritméticas (ATOA) determinan su manera de actuar en clase,
dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje, e incluso condicionan su
posibilidad de admitir otros algoritmos que ayudan más a las personas – datos
que pueden ser a la vez obvios o ajenos para otro sujeto-. Cuando estas
hipótesis están desempeñando un rol fundamental
en una profesora o profesor, cuando constituyen puntos de sustento
básico para su práctica profesional, el profesorado necesita hacer todo lo
posible para conservar esas hipótesis a fin de no entrar en cuestionamientos
que provocarían incertidumbres decisivas y cruciales, que pondrían en tela de
juicio dicho sistema de ideas. Esta es la razón por la cual, una información
sobre otra forma de abordar los cálculos numéricos que puede ser evidente o
complementaria para un docente, puede ser inadmisible para otro.
Todos
los profesores intentamos conservar nuestras hipótesis acerca de los ATOA si es
posible, aún a costa –en algunos casos- de verdaderos malabarismos
intelectuales.
Lo
anterior explica la dificultad en algunos docentes de asumir, en la práctica
escolar, ciertas premisas y propuestas en relación a los cálculos numéricos que
difieren sustancialmente de sus hipótesis fundamentales. Por lo tanto podríamos
clasificar a los profesores en:
1º) ABIERTOS. Son aquellos docentes
que celebran con auténtico júbilo el descubrimiento de ciertas
propuestas alternativas OAOA a las operaciones aritméticas tradicionales porque
consciente o inconscientemente estaban en la búsqueda de las mismas.
2º) COMPLEMENTADORES. Son aquellos que asumen
con naturalidad, otros aportes complementarios a sus
conceptualizaciones sobre la enseñaza y aprendizaje de los ATOA.
3º) RECHAZADORES. Son aquellos docentes que
encuentran absolutamente imposible asumir otras propuestas para los ATOA, dado
que significaría entrar en contradicción frontal con las propias hipótesis, y
con lo que llevan haciendo durante toda su vida profesional, pero que
actualmente ha dejado de ser útil para l a sociedad del siglo XXI.
¿Qué
hacen en estos casos los docentes?
Lo
mismo que hacemos todos ante esta situación: negar el dato, negar la
información misma a fin de poder conservar los métodos de enseñanza y
aprendizaje sobre los ATOA que conocen, larga y costosamente construidos. Por
lo cual, encontramos docentes que ante la presentación de alternativas a las operaciones aritméticas tradicionales,
niegan que sean posibles con sus alumnos los OAOA. Incluso argumentando que
se han trucado los videos para presentar las ideas que se quieren dar a
conocer.
Esto
ocurre, porque admitir que si los OAOA son reales, implica romper con un
complejo sistema de ideas sobre los ATOA que daba sustento a su postura
docente. Es decir, el hecho mismo de asumir la existencia del dato hubiese
implicado estar en condiciones de aproximarse a una postura divergente o, al
menos, diferente.
¡Y por lo
general, son bastantes profesionales de la educación, los que no están
dispuestos a eso!
Es
evidente que una de las mayores dificultades que deben atravesarse en todo
proceso de aprendizaje son los conflictos y rupturas sobre los ATOA, que es
necesario enfrentar para asumir el avance, es decir, EL CRECIMIENTO PERSONAL hacia nuevos métodos didácticos y de
aprendizaje OAOA
Este hecho
implica que el aprendizaje es un proceso
a medio y largo plazo, eslabonado por costosos progresos. Eventuales
retrocesos, detenimientos y contradicciones que es imprescindible considerar y
tomar seriamente en cuenta tanto en el trabajo en el aula, con los niños, como
en el trabajo en cursos y seminario, con
los docentes.
Los
fragmentos anteriores pertenecen a Myriam Nemirovsky, sólo se han adaptado unas
pocas líneas. La referencia bibliográfica es:
-
VARIOS: “¿Enseñar o
aprender a escribir y leer?”. MCEP. Sevilla (1999). Capítulo 1, página
29-33
Reviewed by Unknown
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marzo 13, 2016
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